Sobre el proyecto
Este proyecto fue gestionado por la Municipalidad de Mariquina y
financiado por el Consejo de la Cultura a través del Plan Municipal de Cultura.
Tomando como referencia el libro ilustrado Mariküga mitos y leyendas del
Valle, se invitó a los ciudadanos de la comuna de Mariquina a participar de la elaboración
del mural. La participación de la comunidad consistió, primero, en elegir uno
de los Mitos y leyendas del libro, y posteriormente, en opinar sobre los
bocetos elaborados sugiriendo cambios u otras ideas que se pudieran agregar.
Leyenda del encantamiento del gobernador
nativo
Después de su muerte. Manqueante nos ha dejado una impresionante y triste
leyenda que puso a su existencia.
Antiguamente existía un sendero rocoso que iba orillando al mar y que
unía el Valle de Mariquina y la zona de Toltén. El tramo más peligroso era el
desfiladero conocido como “La punta de Nigue” donde existía un bello manantial al que los
comarcanos le atribuían poderes sobrenaturales.
Manqueante que, según P. Rosales, se había convertido a la fe católica lo
que lo hacía menos supersticioso, se burlaba no dando crédito de los poderes
mágicos que se le conferían a las límpidas aguas de aquel chorrillo. Acompañado
de su hermano Tanamilla, Manqueante decide realizar un viaje para visitar a
unos familiares en lo que hoy es Puerto Saavedra. Era un día muy caluroso y al
llegar al lugar de la vertiente hacen un alto para apagar la sed. Ambos
viajeros llenan sus cachos, Tanamilla, mirando al cacique, le insta a que pida
una gracia a las virtuosas aguas, pero éste burlándose de su acompañante no
hace caso del consejo y, fijando su dominante mirada en el manantial milagroso,
lo desafía diciéndole: “Yo, Gobernador de la Mariquina, no creo en lo que dicen
mis hermanos de raza y si en verdad tienen tanto poder, conviértanme en piedra
para que así mi monumento pase a la posteridad”. No había terminado su fatal petición cuando
se sintió adherido de los pies a la roca donde se encontraba. Manqueante,
aterrorizado al no poder desprenderse de la roca a pesar de la ayuda de su
hermano Tanamilla, comienza a implorar misericordia, tanto a Nguenechen, el
dios de su raza, como a todos los santos del cielo, pero todo fue inútil, no
hubo perdón; la sentencia estaba firmada sin apelación. Tres días de martirio
sufrió el cacique hasta quedar completamente transformado en una réplica de
pedernal de su figura autóctona, pasando de un ser viviente a una piedra
inerte.
De todos los lugares de la provincia fueron a “La Punta de Nigue” a
testimoniar su adhesión y afecto al gobernador indígena encantado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario